Otra tarde de Polo sin poder ver el partido.
La bellísima Eugenia Silva ha sido la culpable.
Iba decidida a ser espectadora de un partido íntegro, con buenos amigos y un gin tonic en la mano.
Tampoco ha podido ser, Eugenia, con un mini vestido de corte griego y una sonrisa impecable, centró toda mi atención.
Eugenia estás divina, sólo espero no volver a cruzarme contigo ,y menos en la playa, porque no tendría más remedio que acercarme en busca de algún defecto, para corroborar que eres mortal.
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