El recién estrenado matrimonio monegasco, ha empezado con mal pie.
Si tras su boda se dijo que Alberto II de Mónaco tenía otro hijo ilegítimo, ahora después de haberse realizado la prueba de paternidad oportuna para determinar o desmentir un nuevo hijo para el monarca, su mujer Charlene ha decidido poner tierra de por medio, y tanto es así, y tan literal es la situación de la pareja, que están cumpliendo con sus compromisos profesionales en Sudáfrica durante el día, y al anochecer, cada uno se va a un hotel
la pareja está separada por 16 kilómetros de tierra entre un hotel y otro, supongo que para ni tener tentaciones carnales.
Éste es el castigo que ha impuesto la nueva esposa al Príncipe, hasta que los resultados de dicha prueba paternal, esclarezca el asunto.
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