La espectacular belleza y elegancia de karen Mulder marcaron su mejor atractivo durante los 80.
Más tarde la top, comenzó a bambolearse en su vida por diversos motivos, y como nunca aceptó el paso del tiempo con humildad, ha acabado convertida en esto.
Nada que ver con lo que fue, y no hay rastro de aquella cara angelical y elegante que todos dicen se conserva en la madurez.
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